sábado, 24 de agosto de 2013

III. RENTAS DE 1822

   "...El Congreso de las Cortes aprueba, el 29 de junio de 1821, una Real Orden por la que se suprimía medio diezmo en las aportaciones de los fieles para el mantenimiento de sus párrocos....El Cardenal Arzobispo de Toledo, don Luis María de Borbón, a través de la Junta Diocesana, pidió a todos los curas, párrocos, ecónomos y tenientes de la Archidiocesis toledana que le presentasen un informe escrito en el que detallasen las rentas o ingresos que anualmente venían percibiendo en sus diversos conceptos,...con el fin de tener un diagnóstico fiable de la realidad existente". (Ángel Fernández Collado, "Las rentas del clero en 1822").

Monasterio de El Paular en Rascafría (Madrid)

    Algunos de los informes como en esta caso de los pueblos de Venturada y Rascafría, pertenecientes al Arciprestazgo de Buitrago, llevan adosados comentarios de los curas párrocos que nos dan una idea de la dura realidad existente. El cura de Venturada, Fernando Dionisio Chicote, en su informe de noviembre de 1822, relata:
   "El pueblo lo componen pocos vecinos y carece de los alimentos básicos para la vida, por ello es necesario sostener un mozo y una caballería para proveerse de ellos en Torrelaguna. Está situado en la carretera de Madrid para Burgos y Francia y pasan por el numerosos pordioseros que solicitan limosna en la casa rectoral; igualmente, cuando pasan oficiales, coroneles y generales, todos quieren alojarse en la casa rectoral por ser la más decente, según dicen, y es necesario hacer sacrificios con ellos, atediéndoles,  para no quedar con la nota de grosero."

  El cura de la villa de Rascafría, Manuel María Cortés y Martinez, cuenta de alguna de las circunstancias particulares del pueblo debidas al frío y la nieve:
   "En todos los meses del año, en un mismo día, se experimentan frecuentemente la alternativa de las cuatro estaciones en su mayor rigor..., en los meses de invierno la nieve nos deja sepultados vivos sin otro medio de comunicación que la salida por Buitrago ..., a las circunstacias provenientes de la montuosidad y escabroso del terreno se añaden los riesgos efectivos de animales dañinos (lobos), que en las noches de invierno vagan desvergonzadamente por las calles del pueblo haciendo muchas veces presa en los perros que quedan fuera de las casas."
 

8 comentarios:

Flores SC dijo...

Una iglesia preciosa, pena que haya quedado, como tantas otras, como cementerio o casi.
Saludos

Flores SC dijo...

He puesto el comentario en la entrada anterior.
Tierras duras para la vida antigüa, ahora con calefaccion y demás se pasan los inviernos pero en 1800, uf miedo da pensarlo.
Saludos

J. Eduardo V. G. dijo...

Una pena, Flores, esa iglesia de Uceda, de la que al menos algo se conserva.
Esa Rascafria del s.XIX, tenía que ser la hostia en invierno.
Saludos.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Durísima existencia debía ser la de aquellos pagos, de inviernos tan rigurosos y sin las comodidades de hoy.
Un saludo.

J. Eduardo V. G. dijo...

Que imagen de película, pero real, la de esos lobos desvergonzados por las calles de Rascafría.

Saludos Dlt.

lar-ami dijo...

Los lamentos de los curas a su arzobispo solo son una muestra. La vida de los parroquianos era mucho más dura. Un abrazo

J. Eduardo V. G. dijo...

Seguro que si Lar-ami. Un abrazo.

Cayetano dijo...

No era fácil la vida entonces para casi nadie. Tiempos muy duros.
Regreso a la actividad poco a poco.
Un saludo.